viernes, 14 de noviembre de 2008

Mundo de Sistemas. (Un futuro cercano…)

Érase el año 2025 en la Ciudad Barbarica de Malos Vientos, sucedió durante la instalación intercatatonica del sistema SITTA (Sistema Internacional de TiraTiros Atómicos), un sin fin de cables y gigabytes, dispuestos en un solo equipo, y cual fin podría permitirle al mundo operar sin ningún tipo de sistema.
El equipo de trabajadores contaba con técnicos y científicos de distintas partes del mundo y uno de los dos científicos principales, se disponía a cortar el cablecito rojo (el mas difícil) para dar por terminada la instalación, cuando de pronto el otro de los científicos importantes se le mimetizo una idea sobre que el cablecito azul era el indicado para dicho fin, entonces paro las rotativas y dijo con un fuerte acento germano: “essssscuchamem gilastrunen, el de color azulem es el que importem, si toquem rojem volamos todos en milem de pedazem”. A lo que el otro científico retruco: “Salí de acá, animal, el rojo es el que dice en el manual y es el que voy a cortar”, y entre insulto e insulto y dividiendo a los demás técnicos, se fueron formando dos equipos que terminaron en una batalla campal, una seguidilla de hechos bochornosos que involucro a: los dos científicos locos, 4 técnicos por bando, 35 hámster de la India, el portero del edificio, un montón de tubitos de diferentes colores y todo alrededor del corazón del sistema, que de tan frágil que era, voló en mil pedazos, llevándose a varios de los técnicos a un mundo mejor, y esparciendo radioactividad verdolaga por los demás sobrevivientes.
De acuerdo al boletín oficial, no hubo sobrevivientes, pero no fue del todo así. De entre los escombros del edificio de 145 pisos, y luego de tres semanas de niebla producida por los incendios y el polvo causado por la demolición, un borracho de esos que toman vino en cajita, aseguro que diviso varias formas humanas saliendo de entre los restos de concreto y fierro ahumado y que iban deambulando sin rumbo fijo, desapareciendo entre las sombras de la oscuridad y de los callejones. Obvio que nadie lo tomo en cuenta, pero la leyenda dice que así surgió lo que el mundo estaba a punto de conocer, la batalla final entre “Los pibes de Súper System” y “La banda del Jale-Mann”…
Se odiaban tanto entre si, que no se permitían bromas cuando se tocaba el tema de quien fue el culpable de la explosión, se deseaban con pasión la destrucción del otro y poder así ser dueños del sector. Hubo varias escaramuzas previas a la gran batalla, donde varios de sus lugartenientes cayeron. Por citar alguna de estas, podemos remitirnos al Bajo Belgrano, una noche fría de agosto, el empedrado esta muy resbaloso y Mr. Chegusan (Segundo en la escala de poder, debajo de Súper System) le tendió una trampa a uno de los soldados mas preciados por El Jale-Mann, el temible Maraca Narigasnada. Un ser despreciado por varios, de origen turco, que por causa de la radioactividad su nariz se deformo, y por medio de esta se ganaba la vida haciendo feliz a quien pagara mejor.
Volviendo a esa terrible noche, Mr. Chegusan, embadurno la calle con mayonesa cortada, de alguno de sus terribles triples de jamón y queso, que siempre tenia a mano, y que nunca lo podían hacer engordar; su maldición causada por la radiación era que tenia un nudo en el estomago. Narigasnada venia en su scooter italiano y no se percato de la calle ensalzada, y cuando diviso la estela amarrilla, ya era demasiado tarde para frenar. Igual aplico la ley de poner los talones contra el piso, pero lo único que logro fue llevarse por delante una vieja que paseaba a su caniche toy, y terminar debajo del colectivo 28, que ni siquiera atino a frenar, ya que venia atrasado 30 minutos y en la terminal lo esperaban para comer un asado. Mr. Chegusan reía a más no poder, apreciando el resultado final de su emboscada, mientras se clavaba uno de salame y queso Mar del Plata. Pero como dice el dicho, el que ríe último ríe mejor.
El Jale-Mann estaba indignado por la perdida de su lugarteniente y no dudo ni un instante en preparar su inmediata venganza maquiavélica.
El trabajo se lo encomendó a un asesino a sueldo, “El Hombre Valija”. Oscuro y maldito, anda siempre entre las sombras, portando su mameluco azul y su portafolio del terror. Nadie sabe su origen, pero se sospecha que en su momento fue maletero de una importante compañía de aviación, y que le hicieron una cama al achacarle el robo de un cepillo de dientes eléctrico y un par de medias TOM. Su mente enloqueció y se refugio en las tinieblas, esperando al acecho de sus victimas, todo a cambio de artículos electrónicos.
El Jale-Mann le pago con un I-Pod y un Nokia 1600 con linterna.Mr. Chegusan frecuentaba las cantinas putrefactas de los barrios de La Bosta y Saint Termo, donde decía que el completo de pan árabe era el mejor de la ciudad. Así fue como encontró su perdición.“El Hombre Valija” puso afiches por todos los postes de luz de la zona, donde describía un recinto conocido como “El Conde de Sándwich”, que ofrecía a sus comensales el mejor fiambre y pan recién horneado, y se sentó atrás del mostrador esperando que cayera. No habían pasado mas de 30 minutos del último afiche que había pegado, que Mr. Chegusan entro y se dirigió a la barra, y dijo “oime picuí, jijiji, a ver si me das un completo de fiambrin en pan árabe, jijiji, que me muero de hambre”, a lo que el otro respondió, “claro señor, faltaba mas, enseguida se lo traigo”, y se fue a la cocina, donde acciono la trampa que pendía del marote de la victima. Soltó la soga y cayó del techo una Samsonite, extra dura, de color azul océano, cual envolvió a Mr. Chegusan y lo encerró para siempre. Luego se llevo la carga al edificio que estaban construyendo en la esquina del Parque Lezama y lo tiro a una mezcladora de cemento. Hoy es parte de una de las columnas que da al porche central.
La guerra prosiguió tomándose más vidas y destruyendo propiedades, calles y teléfonos públicos. Cuando las bandas se juntaban, se cerraban las ventanas de las casas vecinas y rayos y centellas salían por doquier. Pero nunca caían los jefes, siempre se quedaban mirando de una punta a la otra, desafiándose mutuamente y maldiciéndose con la mirada. Así fue que por “Los pibes de Súper System” cayeron “Indescifrable Tom”, “Frankie Eddy” y “Pancho Lima”, y por “La Banda del Jale-Mann” las victimas fueron “Chiquito Esttefy”, “Mr. Boarding” y “Mad Bad Tag”.
Pero un buen día los dos recibieron un mensaje de texto de una fuente desconocida que los retaba a un triple duelo en el sambodromo de Guallegaychu, ciudad arrasada por la contaminación de la celulosa, y pueblo fantasma desde el año 2008. Era el despiadado y excéntrico austriaco Mister Waldorf, mejor conocido como MW, dueño de la firma intergaláctica de monos esclavos, y el cual había perdido muchos “billetes salados” a causa de la guerra de sistemas, ya que su principal objetivo era ver al mundo libre de estos para seguir su plan de conquistar el globo.
Fue un jueves tipo media mañana, los cardos volaban y cruzaban el cemento de las vacías calles cubiertas de mugre, los perros husmeaban desperdicios y el viento silbaba entre las derruidas propiedades. Por el norte apareció “Súper System”, raya al medio, colita de caballo, prominente abdomen; vestía capa roja, botas al tono y una malla amarilla. Un ridículo. Por el sur pinto “El Jale-Mann”, pelo fijado con spray, barda de dos días, cara de nada; vestía una calza verde, decorada en el pecho con un escudo de la antigua ciudad de sus ancestros en la lejana Germania del siglo 3 y por el río apareció MW, manejando un Yate de la ostia, con la cubierta llena de monos esclavos, bien peludos y gritones, agitando banderas y cantando que se los iban a deglutir a ambos. Y entonces por fin se vieron las caras. Nadie sabía que podía llegar a pasar, pero pronto algo iba a cambiar.
Para copar la parada MW mando un par de monos revoltosos que corrieron a Súper System y lo alcanzaron en un descampado, lo agarraron por la espalda y a grito pelado perdió el invicto. Viendo esto y aprovechando la distracción del excéntrico capitán, El Jale-Mann le saco la tapa a un Pendrive de 2 GB cargado de pornografía barata y lo arrojo contra el yate, al hacer contacto éste voló en mil pedazos. Murieron varios monos, pero MW alcanzo a saltar por la cubierta. Al salir del agua, y aprovechando la incredulidad del Jale-Mann, le aplico un cortito al mentón que lo desestabilizo y se le fue al humo. Se trenzaron en un espiral de piñas y patadas y estuvieron así durante 45 minutos. Paralelamente Súper System no sentía las piernas y la idea de no poder caminar mas se le aparecía con cada mono que pasaba por el, se le escuchaba pedir entre gemidos que alguien le peguen un tiro. Mientras que los otros dos, no paraban de castigarse, si hasta se decían cosas horribles, tales como,-“la tenes como un Mouse de chiquitita”,-“y a vos te entra un disco rígido de 40 gygas en el toor”. La pelea duro 2 horas 25 minutos, hasta que uno de los monos que había saciado su apetito sexual con Súper System, le agarro un hambre bárbaro, llamo a grito pelado a un par de similares que salían del agua y habían zafado de la explosión, y mientras separaban a los agresores entre si, uno de los peludos hizo un pozo, puso piedras alrededor, agarro la reja de una de las casas y empezó a prender el fuego con ramas.
El festín duro un suspiro, y con los huesos hicieron una jaula donde hasta hoy en día Súper System presta sus servicios especiales a los novatos.
Los monos controlan la zona mesopotámica y el mundo esta mejor sin sistemas.

ApEjAn (pensando en contratar un par de monos…)

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