jueves, 22 de mayo de 2008

Armenia, primer país católico (versión no oficial).

Se corren muchas leyendas e historias sobre el particular momento en donde este amistoso país se convirtió al catolicismo. Es mas, para ir instruyendo a los mas despistados, Armenia fue el primer país en el mundo en adoptar la religión católica como ley, teniendo hasta un “mini vaticano” enclavado en la famosa ciudad de Etchmiadzin, y por lo tanto también un Papa que lo rige.
Pero no es este articulo una lección de historia, si no es la descripción de una de las tantas versiones de cómo en los albores del país, y de la noche a la mañana, un muchacho común y corriente pero con unos ideales bien marcados, cambio el destino de una nación, y me animaría a decir del mundo.
La propia historia, cruel y burda, se encargo de darle a lo sumo unos minutos de fama, dejándolo de lado a la brevedad y despojándolo de todo crédito. Hoy aquí y ahora, en la pagina de Apelandia, nosotros trataremos de reconsruir la verdadera historia de un mártir, de un héroe y hasta me animaría a decir, de un santo. Esta es la reseña de un grande, esta es la descripción de un luchador, señores: Gregorio, “el sanador de Kilikia”. Corría el año 4 o 5 D.C., medio oriente se debatía en luchas y batallas sangrientas entre países, que por sus proximidades podían llamarse hermanos, pero que en la vida real siempre fueron enemigos. Siria, Irán, El imperio Otomano, Kamtkhatka, Villen Tachiten, Armenia, entre otros, se pasaban los días………… pero que digo días, los años!!!, batallando, invadiéndose, conquistándose entre si.
Vale la aclaración que desde Jerusalén, durante esos 4 o 5 años después de la muerte de un tal Jesús de Nazaret, se fue expandiendo a modo de secta, culto y de boca en boca, una nueva religión que pintaba fuerte y hasta hacia parecer a las demás religiones (la religión del albaricoque, la religión del rope y el toga, la religión del profeta Maluco Travesa, etc.) que había en aquel momento como simples y burdas representaciones imaginarias de algún loco que al estar aburrido publicaba lo que pensaba y la gilada lo seguía. Esta dicha religión que florecía minuto a minuto, hacia pensar a la gente y tenia una fuerte base de algún que otro milagro que la hacia aun mas valedera; como por ejemplo: caminar por el agua, sacar vino de una piedra (se chupaba mucho por esas fechas, de ahí viene la cultura alcohólica que vemos en nuestro días), o resucitar a los tres días después de haber estado en estado de fiambre.
Por ese tiempo, en Armenia, mas precisamente en la región de Kilikia, al norte de la boca del ratón, a 40 metros del cruce del pájaro, en una choza inmunda vivía Gregorio. Flaco y alto, medio pelado, cara de nada, de unos 32 o 33 años, tenía un mal en la visión………un ojo fijo y otro giratorio. Su patrimonio contaba de unas 13 cabras y 2 chanchos, y la piloteaba como podía. Eso si, le rendía culto al Dios del Vinagre, a la Diosa del Lavash y al Monoserasius (animal de cinco patas y cabeza de tortuga, devorador de cabritos. Ya extinto).
Un buen día (se cree que fue el martes), tipo 8: 30 de la mañana, Gregorio se levanto para ir al pozo sanitario (luego seria determinante en su vida dicho agujero) a saciar sus necesidades. Y entonces vio algo que lo sobresalto. Al momento no creyó lo que veía (desconfiaba de su problema óptico), pero con la periferia del ojo giratorio, pudo divisar a unos 3 metros de distancia de la salida de su choza y entre el pozo y la zarza de fuego, una visión de un hombre vestido de blanco, barba larga y voz celestial. Solamente esbozo una frase y cuando Gregorio se refregó el giratorio, la visión se había esfumado. Esa frase cambio la vida de el, y sin saberlo fue el puntapié inicial para el cambio del mundo. Tardo menos de 1 minuto en hacer lo que tenia que hacer en el pozo y salio como piña de loco hacia la choza. Agarro el bastón, se calzo las chancletas que tenía guardadas para la fiesta de adoración al Horobatz, y se puso en camino.
La visión había despertado la fe innata que Gregorio tenia en sus confines mas remotos; iba de ciudad en ciudad predicando la palabra del Señor, y se daba cuenta que estaba pegando buena onda con la gente. Kamatz kamatz (en armenio antiguo: despacito despacito), iba convirtiendo aquellos herejes en los primeros hijos de una religión que avanzaba como el tren.
A medida que pasaba el tiempo y Gregorio se convertía mas en ídolo del pueblo, llego a oídos del rey de aquel tiempo, el terrible y despiadado Arthur Armenyan, conocido también como “Varetses Monses” y como “Inch Ka Chi Ka”. Valla la salvedad que fue uno de los más crueles en la historia de este rico país, vengador de masas, devorador de “Lamashu” y con la particularidad que veneraba al Dios del Lolic, a la Diosa del Khachatryan Kachapuri y al Samaliot Otanavakayan (ave silvestre de plumas grises y verdes, devorador de colibríes y gaviotas. Ya extinto). Cae de maduro que el rey no quería otra religión. Encima que solo veneraba a un Dios, que estaba mal visto desflorar virgenes quinceañeras, comer con las manos, y andar desnudo por las calles de la ciudad. No, no quería otra religión. Para el mes de agosto del año 6 D.C., comenzó la búsqueda e inmediata captura de aquel revelador de multitudes, zurdito pusilánime, y aguafiestas de partusas.
En un abrir y cerrar de ojos, Gregorio estaba delante del rey. Arthur le dijo-“Así que sos vos el Mutilovshki que dice tener la posta en el tema religión”, a lo cual Gregorio respondió tratando de minimizar su cometido y obtener un toque mas de tiempo-“Ni ahí mi rey, lo que pasa que afuera se dice muchas habladurías”. El rey no se dejo engañar y replico-“ Basura!!!!, eso es lo que voy a comer hoy a la noche, y en cuanto a vos perejil, te vo` a poner en un lugar que ni el gato con botas (haciendo referencia a la religión del rope y el toga) sabe donde queda”. Gregorio un tanto desesperado y transpirando mas que testigo falso exclamo a grito pelado-“ Para un poco!! No te zarpes, te lo pido de onda, dije un par de boludeces pero los dos sabemos que yo no puedo levantarme ni a la mañana”, el rey levantando la mano a favor de que se calle, agrego-“Gregorio, decid alpiste” y el otro pancho lo dijo.
Gregorio fue transportado a la región de Khor Virap, a unos 7 días a lomo de Kadminvody (animal cuadrúpedo, descendiente del Gran Danyan; se alimentaba de niños de entre 2 y 6 años y también podía comer pepinos. Su piel era muy codiciada para venerar al Dios del Bolorin Hamar, y fue extinto a la brevedad. Su resistencia era increíble) y fue recluido en un precario templo al cual se le mando construir un pozo de unos 5 metros cuadrados, con un túnel de acceso de 80 cm de diámetro y a unos 7 metros de profundidad. Se accedía por medio de una soga y solo lo podían alimentar con una ración diaria de Garchofla (col negra, extraída de la región del PindaPoy) y agua embarrada extraída de las Cavernas Protuberantes. El plan del rey era perfecto, demostraba que poseía piedad ante el pueblo y de paso cañazo mostraba cual podía llegar a ser el castigo en caso de que alguien ose seguir predicando la religión del ahora “empozado” profeta.
Todo marchaba de mil maravillas, las religiones seguían haciendo de las suyas, las fiestas estaban al orden del día, pero lo que el rey no había visto venir, fue que en su entorno mas privado, hubo una persona que accedió a la palabra de Gregorio, y sintió que eran las mismas palabras del Creador. Era su más devota seguidora, era la Reina Kachemira Del Toor.
Ella provenía del país Samotracio, al norte de las Montañas Delaverg. Un vasto país al cual Armenia atacaba de forma periódica y por lo cual fue obligada a casarse con Arthur, para detener las matanzas. Semanalmente ella en persona, se hacia hasta el pozo y le bajaba una canasta con diferentes contenido (Baklava, Mermeladasum, Peperinum, y a veces también ponía Papam-Fritum).
Al principio los guardias aceptaban las coimas en oro que la reina ofrecía por el silencio, pero llego un tiempo que cada guardia tenia una cabaña en Tzangadzor (Montaña constantemente nevada, donde la realeza pasaba sus inviernos practicando el deporte nacional de aquel entonces, el “Si no corres, te Fajum”), una cantidad suficiente de cabras y cerdos y alrededor de 6 a 10 esclavos. Es por eso que la reina tuvo que empezar ofrecer su propio cuerpo para callar a los depravados guardias. A veces se la enfiestaban de a 2 o de a 3, inclusive hubo momentos que traían caballos y gorriones, y hasta tuvo que soportar al temido General en jefe, Gevor “Mutombo” Porongyan. Igual era tanta su devoción a Gregorio y a su palabra que no había ultraje que la parara. Y mira que se la banco eh!!, porque dicen que Gregorio estuvo 13 meses encerrado en ese pozo de mierda. Perdón.
Mientras tanto el rey se la pasaba de juerga en juerga, sin sospechar nada de lo que sucedía en el pozo. Inclusive se ha encontrado un manuscrito de la época, donde un supuesto entrevistador de la localidad de Mi Kich, le hace un reportaje al rey y decía mas o menos así- “Mira te voy a decir una cosa, el pueblo es feliz como esta, eso de que hay una sola religión no existe……Gregorio???……me entere que adopto a un chipriota y se fue a vivir a Border Du”. Hasta que un buen día del mes de Junio del año 7 D.C. el rey enfermo.
Cuentan que en una excursión a la ciudad de Gomorra y su vecina Sodoma, se agarro la “enfermedad del chobi”. Producto de una orgia donde se encontraron: restos de Salami, Mortadelum, Aceite Patí Tum, 2 monos grises, la dentadura de un Lagarto Mordedor, y en la cual participaron dos etíopes, un semental italiano, 32 doncellas y 4 perros labradores. Para cuando llego al castillo, estaba en un estado calamitoso, se hizo llamar a media población que supiera curar aquella dichosa enfermedad. Acudieron de los más recónditos lugares en socorro del rey y de la jugosa recompensa que ofrecía en caso de cura. Nada hizo efecto. Ni la descuartizacion de 7 vírgenes, ni los sacrificios diarios de perros y gatos, ni las yerbas más aromáticas traídas de la lejana Chinatown. Nada.
El rey empeoraba y prácticamente le quedaban días. Entonces la reina, en uno mas de sus tantos actos de arrojo fue hasta la cama del moribundo y le susurro al oído-“ Arturo, te dije mil veces que si te vas de joda, que te cuides, al final me das la razón y sos un pelotudo”, a lo cual, entre toses, convulsiones y escupidas, el rey respondió-“Dejadme de joder, vieja del toor, no ves que me muero y no hay nada ni nadie en este mundo que me pueda salvar”, y la reina picara y viendo la oportunidad que el mismo magnánimo le estaba ofreciendo le tiro-“ Para un poco marmota, tengo la solución. Ya que probaste con todas esas sartas de taradeces que no te hicieron un carajo, porque no probas con una ultima”, y el rey dijo-“Pero que decís!!!???, estas chota!!!!, el mal de Alzheimer te hizo efecto!!!! Guardias!!! Quemen a esta bruja!!!!”, y la reina dijo-“No seas cagon boludo, te acordas de Gregorio, el del ojo fijo y el otro giratorio, al que metiste en un pozo porque estaba predicando una nueva religión???”, el rey asintió, -“Bueno, me contó un pajarito (mientras se le caía una lagrima y esbozaba una media sonrisa al acordarse de “Mutombo”) que Gregorio sigue vivo, que de alguna forma la religión que predica tiene un plus de milagros y que el mismo puede realizarlos”, el rey sorprendido y sacando fuerzas de vaya a saber donde entono-“ entonces, id y traedme a Gregorio!!!!”.
Al cabo de una semana, el profeta estaba rezando día tras día, noche tras noche al pie de la cama del rey. Lo persignaba diariamente y le enseñaba las bondades del Señor, de cómo había caminado sobre las aguas y de cómo sacaba vino de las piedras. Tomaba por día alrededor de 6 litros de agua bendecida por Gregorio y al cabo de un mes el rey fue retomando el color de los seres vivos, dejando el verde musgo manchado de amarillo. Un buen día, el rey se despertó como nuevo (se cree que fue jueves), Gregorio había pasado 2 meses rezando y durmiendo en un tapete al pie del rey, como un perro amigo.
Era tal la excitación de Arthur, que lo primero que hizo fue zamparle un beso de lengua al profeta, y practicarle el amor a su esposa 4 veces seguidas arriba de la cómoda. El rey se había curado, mejor dicho, Gregorio y la fe lo habían curado. La noticia se desparramo por toda la nación como vomito de loco. De todos los rincones se aclamaba por el rey y por el profeta. Y a modo de gratificar al trabajo del profeta, el rey declaro a pocos días de haber salido del catre, la noticia que Gregorio pensó que nunca iba a escuchar. Aquella frase que le había dictado la aparición a la salida de su choza estaba consumada -“Gregorio, quiero que Armenia sea el primer país en adoptar mi religión………gloria o devoto”.
Gregorio recibió en concepto de regalías, una chacra en la región de Lori, al pie de las Montañas Flimpaff. El rey le obsequio 43 cabras y 23 cerdos pigmeos, 2 caballos pura sangre traídos de La ciudad del Equinox, Siria, y una partida de 12 doncellas vírgenes. Murió a la edad de 35 años devorado por el ultimo ejemplar de Monoserasius. Nunca toco a ninguna de las doncellas.

ApEjAn (en su version de historiador).

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